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Tu planta suculenta le da la bienvenida al otoño

Por Sandra Robles y Victor Hernández
01/11/2019

El otoño se caracteriza por la llegada del frío y de las lluvias en algunas zonas del mundo. En el post de este mes profundizamos en las consecuencias que tiene el régimen pluviométrico de octubre sobre las crasas, ya sean ventajosas para el crecimiento y desarrollo reproductivo de la planta como los riesgos que supone un exceso de agua de riego o de lluvia.

Aeonium arboreum var Zwartkopf

El pasado 23 de septiembre empezó el otoño en el 2019, algo de tiempo hemos tenido para irnos acostumbrando a la nueva estación.
Los días son cada vez más cortos y nuestras calles parecen cubrirse de un velo oscuro de melancolía a media tarde…
Numerosos son las tardes en las que se escucha un relajante y también melancólico llorar del cielo mientras aguardamos protegidos por el calor de nuestro hogar.

Las consecuencias catastróficas de las lluvias

Recordemos que la llegada del otoño el pasado mes arrancó fuerte con una buena sacudida de  lluvias muy intensas en toda la península y especialmente en zonas secas del sureste peninsular. A día de hoy nos siguen asaltando en el telediario y prensa preocupantes noticias sobre lluvias torrenciales y riadas.
¿Pasa esto también en el desierto?

Recordemos los orígenes y localicemos a nuestras plantas crasas en su ambiente natural, ya comentado en anteriores posts.
 ¿Cómo es el régimen pluviométrico en el Karoo suculento o semidesiertos de los subtrópicos?

En términos generales, en clima semiárido o árido las lluvias son esporádicas y poco frecuentes, con una media anual de<300 mm/año y 300-800 mm/año, respectivamente. 
Pero, ¿existe un periodo de lluvia en el hábitat natural de las suculentas desérticas? su régimen pluviométrico se caracteriza por una gran inestabilidad en lo que se refiere a periodos entre lluvias e intensidad de las mismas (www.fao.org). 
Por un lado, los periodos entre episodios de precipitaciones pueden ser muy largos,

¡alcanzando un máximo de decenas de años! en Arica (Chile).

Por otro lado ¡pueden llegar a ser aguaceros muy intensos y violentos!

Hace unos años se registraron fuertes eventos de erosión por riadas en el desierto de Atacama, igual que este año en Almería, Murcia, etc..

¿Cómo le afecta la llegada del otoño mediterráneo a tu suculenta?

A pesar del riesgo de la aparición de eventuales episodios catastróficos, la llegada de las lluvias representa en general una época favorable para el desarrollo de las plantas, y por tanto cabe esperar que también para nuestras crasas.
¿Por qué?
El otoño trae consigo el descenso de las temperaturas propias del verano y por ende, del riesgo de irradiación excesiva y además, de la desaparición de la sequía estival.
Si tenemos a nuestra suculenta en el exterior, el agua de las primeras lluvias incide sobre la superficie de las hojas y el suelo, lavándolos. Los minerales y sales cristalizados en el suelo se diluyen, percolan en el mismo y quedan accesibles para ser absorbidos por sus raíces.

Pero no solo eso, la lluvia ofrece la seguridad de la supervivencia
¿Cómo?

1. Germinación

Algunos estudios científicos realizados con plantas del desierto, como los de Gutterman, han demostrado que las temperaturas bajas y la humedad del suelo tras la lluvia estimulan la germinación de las semillas y el desarrollo de vástagos.

En zonas áridas, los periodos en los que las condiciones de temperatura y humedad son favorables para la germinación de la semilla son muy cortos, por eso, las semillas deben aprovechar al máximo estos periodos y germinar rápidamente (Contreras-Quiroz et al., 2015).

El descenso de las temperaturas y la llegada de los episodios de lluvias son imprescindibles para el desarrollo de la nueva vida y el crecimiento de los frágiles vástagos.

¡Qué gran responsabilidad en el desarrollo de una nueva generación de suculentas recae en la lluvia!

2. Floración

Al igual que para la germinación, la temperatura y las condiciones de humedad son factores claves responsables de los cambios de la fase vegetativa a la fase reproductiva, pero en este caso debemos añadir además las horas de luz diarias.

Las temperaturas bajas y 9-11 horas de luz al día con alta humedad relativa  promueven el inicio de la floración en plantas tanto tropicales como desérticas (Gutterman, 2000).

Aunque numerosas plantas, incluidas las suculentas, florecen en primavera, hay que mencionar otros casos en los que las condiciones favorables para la floración concuerdan con el otoño.

Este es el caso de nuestros Aeonium arboreum, A. arboreum var. atropurpureum, A. canariensis y A. cuneatum.
Veamos pues el aspecto tan floral que tiene Suculentopedia actualmente:

De izquierda a derecha:Aeonium arboreum, A. cuneatum, A. arboreumvar.atropurpureumyA. canariensis.

Estas suculentas han desarrollado inflorescencias con pequeñas pero vistosas flores con numerosos pétalos, pistilos y estambres de  brillante amarillo.

Flores deAeoniumcanariensis.
Discretas por tamaño se abren como soles al aire cuando el sol empieza a recortar su recorrido por el cielo cuando los días empiezan ya son más cortos.

3. Transporte

Algunas plantas incluso utilizan la lluvia para dispersar sus semillas. Utilizan como medio de transporte las gotas de agua si las lluvias son suaves. 
O si por el contrario las pequeñas y ligeras semillas sucumben a la estrepitosa e incontrolable fuerza del agua, cual barqueros navegarán por los riachuelos sobre el suelo generados por la escorrentía.
De nuevo, este puede ser el caso de las semillas de nuestros Aeonium una vez que hayan madurado sus flores y posteriormente sus frutos.

Semillas de Aeonium

Pero veamos las dos caras de la moneda climática

Las plantas crasas de zonas desérticas están adaptadas a un régimen pluvial irregular con episodios de lluvias intensas que podría causar importantes daños físicos:

Daños físicos del exceso de agua

1. Asfixia radicular:

Los poros, galerías o espacios huecos de suelo están ocupados por aire, compuesto por oxígeno molecular y otros gases. Cuando llueve el agua percola a través del suelo poroso hasta horizontes impermeables sustituyendo al aire. Si la lluvia es muy intensa, en poco tiempo se acumula mucho volumen, produciendo encharcamientos.
Ante esta situación las plantas tienen que sortear el problema de la respiración radicular, en la cual las raíces respiran oxígeno molecular. Al no tener oxígeno disponible el efecto que causa la compatación del suelo o encharcamiento es la asfixia radicular.
Como consecuencia de la disminución de la actividad respiratoria en las raíces, se modifica el metabolismo energético de la planta reduciéndose la capacidad de la planta de adsober agua, así como el crecimiento de la planta. Esto induce el marchitamiento y pudrición de las raíces (ablandamiento del tejido, que adquiere un color oscuro).

Sin embargo, las plantas suculentas están adaptadas a eventos de lluvias intensas en la naturaleza, con lo cual normalmente no presentan estos problemas.
No obstante les puede afectar si el riego o las condiciones ambientales en la que se encuentren en nuestra casa no son las adecuadas.

Para evitarlo recomendamos consultar la sección “Riego” en nuestro “Manual  de cultivo

2. Lixiviación de nutrientes:

Otro de los efectos de la anegación es la infiltración del agua por los espacios y el lavado del suelo. 

Este proceso suele implicar la disolución y pérdida de minerales y moléculas orgánicas que actúan como nutrientes o metabolitos esenciales para las plantas, lo que se denomina lixiviación
Como consecuencia las plantas presentan síntomas propios de carencia de nutrientes como cambios de tonalidad en las hojas, puntos blanquecinos, marchitamiento, etc.

De nuevo, estos síntomas en las plantas suculentas debido al exceso de agua solo los observaremos si las regamos muy frecuentemente con demasiado agua.

Recordemos que conviene regarlas entre 1 vez a la semana y 1 vez al mes dependiendo de la estación o periodo de crecimiento y asegurando siempre un buen drenaje para evitar el encharcamiento.

En términos generales…

Los efectos del exceso de agua sobre las plantas son varios:

  • Marchitamiento y posible caída de hojas por la disminución de la transpiración por cierre estomático y falta de oxígeno en raíces.
  • Clorosis en hojas debido a la lixiviación y por tanto, carencia de nitratos y deficiencias de hierro y otros microelementos.
  • Muerte de raíces por fotoxicidad del sulfuro de hidrógeno (SH2) debido a la reducción de los sulfatos (nutrientes) por falta de oxígeno y putrefacción.
  • Afectación del crecimiento y ciclo de vida debido a la reducción de la actividad metabólica por desequilibrio bioquímico en la respiración y el potencial de membrana.

Nuestras suculentas son expertas en tolerar un régimen pluviométrico que muy pocas plantas aguantarían.

No obstante, debemos mantener en nuestras casa esas condiciones tan peculiares a las que estan adaptadas para evitar que pese a su tolerancia y resistencia presenten estos prejuicios.
¿Cómo?
Simulando las condiciones naturales de su ambiente de procedencia, es decir, con lluvias intensas separadas entre sí irregularmente. Puedes encontrar pistas en suculentopedia.com

A ver qué nos depara el próximo mes, mientras tanto miraremos el cielo buscando augurio y buenas lluvias

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